MARCEL MARCEAU, EL POETA DEL SILENCIO

 


 

“Nada es concebible en el mundo sin el amor,

 que es verdaderamente el comienzo de la razón”.

(Marcel Marceau)

 

“El poeta del silencio”, el más grande mimo del sil siglo XX, convertido en una leyenda por su talento creador inigualable.

 

Ana Alejandre

 

Marcel Mengel que era su verdadero nombre, aunque refirió usar el nombre artístico de Marcel Marceau con el que se hizo famoso mundialmente, está considerado el más grande mimo del siglo pasado. Creó su escuela de Mimodrama, creada en la década de los años sesenta, que se hizo famosa internacionalmente. Fue el creador de un género y un estilo de pantomima teatral que es conocido y respetado en todo el mundo y en cuyo seno se han formado varias generaciones de artistas de la pantomima teatral.

Nacido el 22 de marzo de 1923, en Estrasburgo (Francia), este año se conmemora el I Centenario de su nacimiento. Su ascendencia era judía, y se cambió el apellido durante la II Guerra Mundial, sabiendo la persecución que sufrían los judíos. Su padre fue asesinado en el campo de exterminio nazi de Auschwitz.

. Después de finalizar sus estudios em el Liceo Mayor de Estrasburgo y en el Liceo Fustel de Coulanges, su vocación artística le llevó a estudiar las artes decorativas en la ciudad de Limoges, famosa mundialmente por sus porcelanas desde el siglo XVIII. Ciudad a la que llegó con su familia, huyendo hacia el interior de Francia tras la invasión alemana y donde residió toda su vida. Fue en esa época cuando sufrió la pérdida de su padre, carnicero kosher, al que había detenido la Gestapo y enviado a Auschwitz donde fue asesinado. También estudió la técnica de la pintura manual de la porcelana, Ganó el Premio Masson, con tan solo17 años, por su habilidad en los esmaltes.

A la muerte de su padre y con Francia ocupada por los nazis, él, y su hermano lo pasaron muy mal, como muchos otros franceses, y prefirieron enfrentarse a la adversidad y no vivir ocultos. Para ello decidieron luchar contra los nazis en la medida de sus posibilidades. Fue entonces cuando cambiaron su apellido judío Mengel por el de Marceau y se alistaron ambos a la Resistencia francesa, la que había surgido para combatir contra la ocupación nazi en Francia y contra el gobierno de Vichy, durante la II Guerra Mundial.

Por haber sido movilizado y pasar a la Resistencia y por el hecho de que su padre había sido asesinado por su condición de judío, fue cuando decidió trasladar niños judíos procedentes de orfanatos, desde Francia a Suiza, para librarlos del terror nazi.  Salvó entre 350 a 400 niños judíos, según sus biógrafos, jugándose la vida y utilizando su arte de mimo y su sentido del humor con los que convencía a los niños de que era un juego en el que no podían hablar ninguno ni hacer ruido, mientras los distraía con su arte mudo inigualable. El grupo infantil era comandado por George Loinger, jefe de la unidad secreta de la Resistencia francesa llamada Oeuvre de Secours aux Enfants y primo de Marceau, Unidad que era un grupo de ayuda a los niños judíos para alejarlos del terror de la Francia ocupada por el ejército alemán con su siniestra ideología nazi. Esto les permitió salvar a esos centenares de pequeños de caer en manos de los nazis y sus macabros propósitos.  Para ello tenían que evitar el peligro de viajar con grandes grupos de chicos  y no ser advertidos por las tropas alemanas, para lo que su experiencia de mimo le ayudó a tan difícil empresa, convenciendo a los niños de que tenían que guardar absoluto silencio  porque era un juego; propósito que consiguió porque los menores aceptaban de buena gana y se divertían con ese extraño y silencioso juego que les proponía aquel payaso mudo y saltarín que les divertía con sus piruetas y ocurrencias tan inverosímiles como ingeniosas.

Era toda una proeza propia de un artista que afirmaba:“Desafortunadamente nunca podremos destruir al mal, pero el bien existe y debe madurar”. Y los frutos de esa maduración fue, en su caso, salvar a esos casi cuatrocientos niños de un futuro atroz sí cayeran en poder de los nazis, por el simple hecho de ser judíos.

La influencia más importante recibida por Marceau fue la de Charles Chaplin, con su inefable personaje, Charlot. El propio Marcel admitió que cuando era niño y veía las películas de Charlot, notaba que otros niños se reían, aunque él lloraba porque se daba cuenta de la tragedia que subyacía debajo de los gags de humor que el genial Chaplin hacía sobre la miseria, la orfandad, y el desamparo, todo lo que el propio Chaplin sufrió en su vida hasta que alcanzó la fama. La mente de artista de Marceau le hacía penetrar en lo más profundo del alma humana, poniendo de relieve lo esencial. Ya decía el genio de la pantomima: “El mimo hace visible lo invisible e invisible lo visible”.

La influencia de Charlot fue tan grande para el mimo que, después de haber visto una actuación en directo de Charlot, fue cuando Marceau se interesó por todo lo relacionado con la actuación.  Al finalizar la II guerra Mundial, comenzó sus estudios en el teatro de Sarah Bernhardt de París y en el que su debut fue como Arlequín en “Baptiste”.

Marceau era un artista capaz de transmitir toda la gama de las emociones humanas: tristeza, humor, ternura, miedo, belleza, ingenuidad, amor, respeto, sufrimiento, alegría, pena, tragedia, soledad, y en todos los matices que cada una de estas emociones o sentimientos puede mostrar.

Mimo es un término que proviene del griego antiguo que significa imitador o actor; es decir, el arte de la actuación silenciosa. Sus orígenes fueron los teatros atenienses de la Grecia preclásica, aunque dicho arte es milenario, Marcel Marceau fue sin duda alguna su más grande exponente en el siglo XX, quien escribió la línea que separa dicho arte antes de su propia aparición en escena y hasta su retiro con más de ochenta años.

Ha dejado su inconmensurable enseñanza de la pantomima que han seguido varias generaciones de mimos, pero hasta ahora no ha habido ninguno que tenga el talento creador, innovador y personalísimo que mostró Marceau toda su vida, dejando un legado tras de sí, sutil e inmaterial, pero de profunda belleza, que podría resumir en una de sus frases que mejor le define:” Con el silencio se dicen menos tonterías Se dicen sólo las esenciales”

Como actor y espectador de la vida que fue, como todo gran artista, en una época convulsa como fue  la II Guerra Mundial que asoló a toda Europa, quiso y supo expresar con el silencio el horror que había vivido y contemplado y el mundo que surgió de aquel infierno bélico con sus millones de víctimas. Lo hizo desde la ternura, la comprensión, la piedad y la belleza, sin una palabra de protesta, de repulsa por lo que ya era pasado e irreparable. sino con ese silencio que también era su mejor arma y su forma de expresión más genuina, más sincera y eficaz. Era un actor que miraba a su alrededor y describía lo que veía, bueno o malo, pero lo contemplado y vivido inspiraba a su mente de artista para hacer una obra de arte en las tablas con sus espectáculos Él dijo una vez: “Los actores, igual que los periodistas, somos los historiadores del ahora”.

Todo ese caudal creativo, que deglutía y asimilaba su talento creador, creó el personaje que lo hizo famoso en 1947, “Bip”, personaje tierno, simpático, romántico y sentimental, inspirado en el actor Charles Chaplin y su inolvidable personaje “Charlot”.  A través de “Bip” se puede ver la evolución del Pierrot del siglo XIX hasta dicho personaje creado por Marceau, “Bip”, con su cara pintada de blanco, pantalones anchos, suéter de rayas y una vieja chistera y con él, su alter ego, viajó incansablemente y triunfó en las más importantes ciudades del mundo.

Marceau creó obras y pantomimas y montó su representación en los más importantes escenarios del mundo que alcanzaron la fama internacionalmente. Se pueden destacar entre dichas creaciones (1"Mort avant l'aube" 947), "Le manteau" (1951), "Don Juan" (1964), "Candide" (1971) y "Jardin Public" (1949), en la que él mimo interpretaba 10 personajes.

En el cine participó también, primero con el director francés Roger Vadim en 'Barbarella' (1968) y con Mel Brooks en 'La Dernière folie' (“La última locura) (1976), filme mudo, a pesar del año en el que fue rodada, y en la que su interpretación es inolvidable y magistral. Estas dos películas aumentaron aún más su fama internacional.

Fue tan calurosa la acogida del público desde siempre a este genial artista que, además de que había creado una escuela de pantomima para la formación de los aspirantes a mimos en la que enseñaba todo el fundamento y técnica de este antiguo arte, sus actuaciones en solitario recibían el favor de un público entusiasmado, por lo que llegaba a hacer más de trescientas representaciones en un año.

El gran artista que afirmaba que: "La palabra no es necesaria para expresar lo que se siente en el corazón", fue reconocido y aplaudido internacionalmente, sobre todo en Estados Unidos, país en el que su movimiento de la "marcha contra el viento” supuso una total revolución en la escena teatral, que inspiró, entre otros artistas, el "Moonwalk", de Michael Jackson.

Y el arte definió la vida de este artista que nos fascinaba y emocionaba a todos porque hablaba con el silencio, pero desde la más absoluta y pura belleza porque como él había dicho: “¿Acaso los momentos más conmovedores de nuestra vida no nos encuentran sin palabras?”.

Marceau falleció el 22 de septiembre de 2007 y fue enterrado en el célebre cementerio parisino Pere Lachaise.

En su último y definitivo viaje a la eternidad de Marcel Marceau, el epitafio que podría resumir la vida de este artista, mimo, actor, maestro de pantomima , creador, y héroe anónimo, es su propia frase que resume toda la vida de un artista excepcional que no necesitó la palabra para expresarlo todo y hacerlo con tal sensibilidad y belleza que ha conmovido a todos los espectadores de sus creaciones, porque la vida, vista por el genio de un artista, es como un sueño y por eso decía  El camino más corto que separa al sueño de la realidad es el arte”.


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